domingo, 14 de diciembre de 2008

"cuento sobre la navidad" por Nacho Olivar

Hace muchos años existía un pueblo cuyos habitantes eras muy religiosos y donde siempre celebraban las fiestas de Navidad. En estas fechas siempre se juntaban todos los familiares. Hasta las familias que durante el resto del año no estaban unidas sí que lo hacían durante estas fechas navideñas.
Lo bueno de este lugar es que era muy turístico y venían a verlo muchas personas de otros lugares, incluso algunas de sitios muy lejanos. Un buen día vino de visita un chico de pelo largo, de ideas liberales y, ante todo, una buena persona. Se llamaba Antonio. Cuando pasó un tiempo disfrutando de este bonito lugar y de sus vecinos tomó la decisión de quedarse a vivir allí.
Conforme lo fueron conociendo y sabiendo de sus costumbres se dieron cuenta que no le gustaba celebrar la Navidad. También observaron que tenía buenos sentimientos porque le gustaba ayudar a las personas.
Un día se le acercó un vecino para presentarse y hablar un rato con él. Después de un buen rato de conversación, y sabedor de sus costumbres y forma de ser, le dice:
“no entiendo que, con lo buena persona que eres, no celebres las Navidades con todos nosotros. Y me extraña que, al menos en estas fechas tan señaladas, no acudas a la iglesia.”
A todo esto le contesta Antonio:
“he visto que las personas de aquí sois muy creyentes y pensáis que siempre han de celebrarse estas fechas según la tradición. Yo creo en las buenas obras y no tengo creencias religiosas de ningún tipo. En este pueblo he conocido personas que, en las fiestas de Navidad, se comportan muy bien con los demás y que están muy unidas a sus familiares, pero durante el resto del año apenas se comunican. Esto lo veo una hipocresía y yo creo que el espíritu que se predica en estas fechas tendría que permanecer durante el resto del año. También tengo que decir que hay personas que celebran así la Navidad y que siguen siendo buenas personas todos los días del año. Esto segundo sí que lo entiendo, aunque yo no sea religioso.”
Al oír lo que le dijo Antonio, esta persona se quedo pensativa y se despidieron. Al cabo de unos días se volvieron a ver. Esta persona no sólo entendió esto si no que lo puso en práctica. Desde este momento mejoró como persona y siempre que él podía hacía buenas obras, como ayudar a los demás, aprendiendo de sus errores. Hasta tal punto que un día no parecía el mismo.
Por este motivo, se hizo amigo inseparable de Antonio quien, con el tiempo, también hizo amistades con las personas de este pueblo. Al final los habitantes de este bello lugar acabaron tratándolo como si fueran parte de su familia. Desde entonces hubo personas que acabaron pensando como Antonio sobre el sentido de la Navidad.
"el rincón del artista"; programa 73 [12.12.08]

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