Texto introductorio al programa:
Es la nueva moda que imponen los jóvenes en la sociedad, hay algunos jóvenes que cuando lo celebran no respetan nada.
Y en lugar de beber lo único hacen es destrozar el mobiliario urbano y molestar a los vecinos. Por eso yo pienso que lo mejor sería el facilitar a los jóvenes locales para que las reuniones se celebraran allí.
Aunque sí que es verdad que hay algunos jóvenes que sí beben con moderación, cuando acaban lo recogen todo y respetan el mobiliario urbano y no siempre se lo reconocemos.
Y después otra cosa, hay algunos jóvenes, o mejor dicho niños, que empiezan a beber muy pronto, casi a los 12 años o incluso a los 11 años.
Yo creo que la bebida es buena pero con moderación y no se debe abusar de ella, hay algunos jóvenes que beben y lo pasan fatal y acaban en urgencias con dolores de estómago. Yo por supuesto no estoy de acuerdo con esta manera de beber.
No tengo ninguna experiencia, pero yo intentaré controlarme y no beber en exceso, sólo alguna cerveza con mis amigos y porque me apetezca.
Según las estadísticas, unos 180.000 jóvenes se juntan los fines de semana en lugares determinados de las ciudades españolas para, en torno a un botellón mezclado con licor y bebida con burbujas, bolsas de patatas y tabaco, beber hasta la euforia en el mejor de los casos, o hasta el coma etílico en el peor de los mismos.
En una sociedad rodeada de estímulos alcohólicos, contradictoria ante los mismos, con familias consumidoras, ¿por qué no enseñar al joven a autocontrolarse con el alcohol lo mismo que con otras facetas de la vida?
El botellón es una forma de diversión que convierten las personas en bestias sin sentimientos, sin prejuicios y sin razones de ningún tipo para tener una conducta digna y razonable con las personas que le rodean.
Se creen mejores que los demás o más graciosos por el hecho de tener un vaso en la mano. Solo demuestran que son unos irresponsables y hasta algo infantiles por tener un rato de diversión se exponen a acabar en el hospital con un coma etílico o a dormir unas cuantas horas seguidas de una fuerte resaca.
La diversión tiene que ser sana, responsable, divertida, sin complejos y con unas gotas de picardía y mucha simpatía.
Ojala que estas navidades no haya tantos botellones como hasta ahora y nos tocara la lotería a todos por poderlo contar.
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